El uso de la inteligencia artificial (IA) para generar textos a partir de obras protegidas por derechos de autor ha generado una polémica legal y ética. Recientemente, un grupo de 17 autores, entre los que se encuentra George R. R. Martin, el creador de la saga ‘Juego de Tronos’, ha demandado a la empresa OpenAI, responsable del chatbot ChatGPT, por considerar que viola sus derechos de autor y roba sus obras de forma sistemática .
Según la demanda, presentada en el Distrito Sur de Nueva York, ChatGPT utiliza los libros de los autores para entrenar a su IA y mejorar su capacidad de crear contenidos con un lenguaje natural. Esto permite a los usuarios generar versiones no autorizadas de las obras originales, como precuelas o secuelas, sin el consentimiento de los creadores . Los autores reclaman una indemnización por daños y perjuicios y una prohibición de que OpenAI use sus obras sin permiso expreso .
OpenAI ha respondido que respeta los derechos de autor y que está manteniendo conversaciones productivas con varios creadores, incluido el Gremio de Autores, que representa a los demandantes. La empresa ha expresado su interés por colaborar con los autores para ayudarles a aprovechar las nuevas tecnologías dentro de un ecosistema de contenidos próspero .
La demanda plantea una cuestión fundamental sobre el alcance y la aplicación de los derechos de autor en la era digital. ¿Deben cumplir las inteligencias artificiales con el derecho de autor? ¿Qué criterios se deben seguir para determinar si hay una infracción? ¿Qué medidas se pueden tomar para proteger la creatividad y la originalidad de los autores? Estas son algunas de las preguntas que deberán resolver los tribunales y los legisladores en el futuro.